La neblina ya había desaparecido. El pueblo, a sus espaldas, iba quedando cada vez más chiquito. Las casas ya parecían de juguete, quedando el campanario de la iglesia como la hermana mayor de todas.
- Un último esfuerzo…
- Pero no veo la entrada… ¿Dónde está la entrada?
La pregunta del fiel escudero quedó en el aire sin respuesta. Aún quedaba un amplio tramo de colina por subir, pero ya desde su posición se podían ver perfectamente las murallas, gigantes de pálida piedra gris que no dejaban entre ellas ningún pórtico por donde poder acceder al interior.
- No veo la entrada… - repitió el escudero, que empezaba a faltarle el aliento.
Ambos se pararon en seco. Uno para coger aire. El otro para pensar. Pegado a las murallas, en el borde derecho, un irregular y estrecho camino de tierra se abría entre la maleza. Parecía ser la única vía posible para continuar, ya que en el lado opuesto, la tierra se hundía y dejaba paso a un desfiladero de infranqueables paredes verticales.
- Es obvio que elegimos el lado de ladera equivocado… tendremos que rodearlo por aquel costado – dijo el caballero señalando con su brazo el margen derecho.
- Si… - afirmó desconsolado el escudero.
Mal asunto, pensaban los dos para sus adentros. No se trataba de un castillo más, sino de Spis Castle, una de las fortificaciones más extensas de Europa Central, que llega a cubrir las 4 hectáreas de terreno.
Construido en el siglo XII y situado en las cercanías de Spisské Podhradie, desde tiempos remotos consiguió la importancia que se merece, siendo punto de referencia de reyes e importantes familias de la época. Un incendio en el siglo XVIII hace que su estado de conservación hoy no sea el idóneo y gran parte de él se encuentre en ruinas, pero aún así sigue impresionando a todo aquel que lo visita.
El caballero y su escudero continuaron la marcha, y una vez que alcanzaron las murallas, comenzaron a rodearlas tal y como habían decidido. Posiblemente, las que cuatro siglos después se convertirían en las murallas más famosas de Eslovaquia.
(que Dios me conserve la imaginación por mucho tiempo, al igual que la ilusión por visitar y conocer mundo; gracias por tu compañía, Valeria; las fotos de este día, a máxima resolución, pinchando AQUÍ)
