.

.

12 noviembre 2010

Día 60. ¡Vaya Walsall!

(post bastante pasado por agua que, si no hubiera sido por el tiempo que tardó en secarse, hubiera llegado a sus pantallas un 10 de Noviembre de 2010)


Una llamada y un par de horas fueron suficientes para decidir si aceptaba la oferta de trabajo en España. Que sea ahora cuando se interesen por mi no deja de darle un aire burlesco al asunto. Tantos días que pasé en casa esperando esta llamada… vaya guasa.

Mi respuesta fue no. Llegaba tarde. Muy tarde. Empiezo a creérmelo fuera de mi país, y me agarro con fuerza a lo poco que tengo y a lo mucho que puedo conseguir. No sé a donde me llevará el final de este camino, pero me gusta mucho lo que encuentro a medida que avanzo por él.




Tenía ganas de coger la mochila, la cámara, y salir durante un tiempo de la ciudad. Cogí el autobús número 51 en dirección a Walsall, un pueblo industrial al noroeste de Birmingham, a veces descrito dentro de la zona perteneciente al Black Country. Tenía pocas referencias sobre él, y fui un poco a la aventura, seguramente porqué lo que menos importaba era el interés turístico, sino la propia salida en sí.


Cómo no pudo ser de otra forma, la lluvia me acompañó en muchos momentos del viaje. Aún así, no impidió que en las principales calles peatonales de Walsall estuviera el tradicional mercadillo semanal, puestos de lonas azules y blancas donde podías encontrar cualquier artefacto, útil o no, a precio de saldo. Estos tenderetes fueron los que me dieron la bienvenida al pueblo, con el consiguiente ajetreo que conllevan.




La historia de Walsall viene ligada a la industria. Hoy en día, la ciudad es famosa internacionalmente por el negocio del cuero, llegando sus productos a toda Europa. Además, es la casa tradicional de la producción inglesa de sillas de montar (de ahí el nombre con el que se conoce a su equipo de fútbol: "The Saddlers").

Aparte de los artículos del cuero y las sillas de montar, destacan las fundiciones de hierro y cobre, las industrias de plásticos, electrónica, químicas…

Entre toda esa espiral de compra-venta, se erigía sobre una pequeña colina la Iglesia de St. Matthew, uno de los puntos más conocidos de la ciudad, al igual que el Museo de Arte, con un gran número de cuadros de Jacob Epstein, así como obras de Van Gogh o Monet.




Cuando la lluvia apretó, fue el momento de resguardarse. Muchos en el pueblo se decidieron por las casas de apuestas, otros por los pubs, otros por los centros comerciales (encontré una iglesia convertida en uno de ellos)… y yo me decidí por una pizzería. Qué mejor forma de terminar la jornada que con el estómago lleno.


(todas las fotos de Walsall, a máxima resolución, pinchando AQUÍ)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | GreenGeeks Review