Ruido de sirenas. Caras de preocupación. Todos delante de la radio y televisión escuchando las últimas noticias. Alguna que otra lágrima furtiva. Muchas imágenes y recuerdos que empezaban a ser devoradas por las llamas.
Una de las tardes más tristes de la historia de Roznava. La ciudad se ha levantado esta mañana frotándose los ojos aún incrédula por lo vivido ayer. Su símbolo y parte del patrimonio cultural de Eslovaquia fue convertido en pocas horas en ceniza, ante la impotencia de bomberos y personal que acudió voluntariamente al lugar.
El vacío creado es enorme, pero ya todos esperan impaciente tu regreso, Krásna Hôrka.
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