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26 noviembre 2011

Día 425. Krásna Horka

(un nombre y un lugar que terminarón siendo parte de mi diario un 5 de noviembre de 2011)



- Deberán esperar un rato.

Así de explícito y contundente fue el encargado. Llegamos a la entrada con diez minutos de retraso. Demasiado bonito el trayecto hasta allí como para no entretenerse.






Aún quedaban cincuenta minutos para una nueva visita guiada, y decidí junto con Benjamin dar un paseo por los alrededores de la fortaleza. Era un camino bastante estrecho, de piedra y tierra, pero con unas vistas panorámicas espectaculares. El pueblo de Krasna Horka (de mismo nombre que el castillo) se situaba en la base de una de las laderas de la colina, mientras que el resto era campo y vegetación. Todo más chiquito desde allí arriba, menos importante.



El castillo de Krasna Horka está situado en un pintoresco valle, en la cima de un cerro cónico a unos 4 km de Roznava. Es uno de los castillos mejor conservados en Eslovaquia, y símbolo para la mayoría de los habitantes de la región de valor y trabajo debido a las condiciones sociales y laborales tan duras en el pasado.

Fortaleza del siglo XIII, fue propiedad de un par de ricas familias antes de pasar a manos de los Andrassy, uno de sus últimos habitantes y grandes culpables que hoy en día todo el mundo pueda disfrutar de él.








Detrás de esas gruesas paredes de color vainilla se esconde actualmente un museo con parte del mobiliario original, como la cocina del castillo, una pequeña sala de música, o las salas de tortura. Si hubo una sala que me llamo poderosamente la atención, esa fue la capilla, pequeña pero preciosa, pintada celeste y blanca, con una curiosa invitada en forma de momia dentro de un sarcófago de cristal que se exhibe en un costado.





El tiempo pasa, y mis viajes continúan. Me invade una extraña sensación, esa de tener tanto a tus espaldas que el ayer parece quedar en papel de viejo libro de biblioteca, cuyo aroma al despegar sus páginas cada cierto tiempo te hace sonreír. Sensación que se traslada al presente, ese que te vuelve loco de alegría porque haces lo que te gusta, y vives todo como si siempre fuera la primera vez. Sensación que se expande hacía el futuro, ese que siempre quieres planear pero que nunca sale como imaginabas, ese que teniendo la base de pasado y presente anterior sólo puede depararte una cosa: felicidad. Suma y sigue.



(gracias a mis "acompañantes", sin ellos la visita no hubiera sido igual; todas las fotos de Krásna Horka pinchando AQUI)

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