Al llegar y merodear por los alrededores de la fábrica, un aroma proveniente del interior puso mi paladar en pie de guerra. Confeso amante del chocolate y de las gominolas, cuando recibí aquel olor supe que la visita había valido la pena.
Esta vez fue mi estómago el que eligió el destino. Me encontraba en Bournville, muy cerquita de casa, un pueblo al sur de Birmingham, conocido por sus lazos de unión con la familia y el chocolate Cadbury.
La historia de este singular lugar se remonta a 1879, cuando los negocios de la familia Cadbury se trasladaron a estas tierras. El lugar fue escogido ya que era considerado como más limpio, más sano y más favorable a los planes de expansión a largo plazo. Además, disponía de buenas conexiones, tanto por ferrocarril como por los canales, donde les llegaba la leche y el cacao.
El nombre de Cadbury y de Bournville van unidos inexorablemente. Con la fábrica llegaron cientos de operarios, atraídos por salarios relativamente altos y buenas condiciones de trabajo. Con ellos, una importante cantidad de casitas de diseño tradicional que el propio George Cadbury se encargo de gestionar, modelo de muchas otras haciendas. Los Cadbury querían que sus trabajadores estuvieran felices, incorporando posteriormente áreas de ocio para fomentar la natación, caminar, y todo tipo de deportes al aire libre. Y así, poco a poco, del arte de crear chocolate se creó un pueblo.
“El mundo de Cadbury”, así es como lo llaman actualmente, un mundo que recibe cada día multitud de visitas a sus fábricas, sobretodo de los más pequeños, que sacian su adicción por las chocolatinas y bombones, al mismo tiempo que alimentan su fantasía imaginando participar en películas como Charlie y la fabrica de chocolate.


Conejos gigantes de chocolate, montañas de chocolatinas de envoltorio dorado, fuentes de cacao que terminan en pequeños arroyos… una forma diferente de pasar el día, aunque eso sí, habiendo soltado antes 13 libras en taquilla.
(si eres de los que con un bombón de chocolate no se conforma, pincha AQUÍ y sigue disfrutando de tan dulce visita)
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