Esta mañana, cámara de fotos en mano, he salido para intentar completar la maleta con algunos pantalones de pana y camisetas interiores que abriguen, y qué mejor lugar para ir de compras en mi pueblo que la calle San Miguel.
Carteles escritos en diversas lenguas y llenos de colores llamativos se reparten por todo este zoco andaluz a la caza de clientes, clientes relajados en su mayoría, que disfrutan de un día más de vacaciones curioseando escaparates y sentándose en terrazas a tomar algo.
La actividad económica principal de Torremolinos es el turismo y las actividades derivadas de éste. Con más de 80 hoteles y hostales, es el segundo municipio español con mayor número de camas hoteleras y el principal destino turístico de Andalucía.
La torre de Babel en la que se ha convertido Torremolinos se hace más notable al ver los establecimientos. Existen en la actualidad más de 250 restaurantes de cocina internacional, entre los que abundan los italianos, alemanes, nórdicos, ingleses, americanos, indonesios, chinos, japoneses, etc... Aquí hay sitio para todos.
Y es que todo extranjero que ha visitado este lugar se ha quedado con ganas de más, se ha planteado repetir y, en último término, ha decidido establecerse aquí. Ha sido victima del clima, del pescaito, del aceite, del gazpacho, de sus gentes acogedoras y alegres, de la romería, de las ferias…
La mezcla entre lo foráneo y lo andaluz convive en perfecta armonía. Entre tanto apartamento y comercio, encuentras rincones bañados en blanco y verde, casitas de blancos muros cargados con copiosos tiestos de plantas ornamentales y azulejos que resaltan y adoran a la Virgen del Carmen.
Que te voy a decir yo de mi tierra que no sea bueno. Al final, paseando por su casco antiguo, se me pasó volando la mañana y decidí hacer las compras por la tarde.
Se empieza a acumular el trabajo. Me voy el martes a Reino Unido y todavía quedan por cerrar algunos flecos. ¡Cómo me gusta dejarlo todo para el último día!.
Si te das cuenta, he evitado nombrar durante todo este ratito la palabra playa. Me ha resultado imposible, ya que en Torremolinos todos los caminos conducen a ella.
(todas las fotos, a máxima calidad, de mis últimos paseos por Torremolinos antes de marcharme pinchando AQUÍ)


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