Mi imaginación no tiene límites, y no necesito avión para ubicarme lejos de allí. El susurro del agua me acompaña a una calle oscura, solitaria, donde a través de las difuminadas farolas se puede observar la cortina de agua, una fuerte lluvia que empapa mi ropa. No me importa, quiero ser Gene Kelly por una noche, me apetece cantar bajo la lluvia, quiero moverme sin paraguas, chapotear por la calle. No llevo en mi mente ninguna preocupación, al contrario, llevo una inmensa alegría conmigo, desprendo una sonrisa de oreja a oreja. La importancia es el presente, abandonando por un rato el futuro incierto. La importancia ahora es percibir el agua caer.


No hay comentarios:
Publicar un comentario