.

.

22 marzo 2013

Día 700. Olvida el rescate


No merece rescatarse aquello que no merece la pena. Y desde hace tiempo te miro con ojos de ternura, recordando ese pasado tan próximo como lejano, y no dejo de suspirar. Y no dejo de pensar en tu rescate, en destruir unas cuantas cadenas que han añadido los meses y vestirte tan guapa como antes.

Pero hay una ley universal, lejos de nuestro alcance, que hace que nada vuelva a ser como antes, por mucho que el vestido y los complementos sean iguales. Una ley silenciosa, que sólo aparece cuando te percatas, que rompe con todo y hace que cualquier instante, por muy parecido que sea, sea distinto. Una ley que hace que no haya vuelta atrás.

Bajo este telón dictatorial de la naturaleza, todo termina cediendo. Y al final, pese a nuestros esfuerzos, el vestido terminara estropeándose y cambiará. Eso termina calando y haciéndote ver que, o aceptas las normas del juego, o siempre terminarás con el regusto amargo de ver como algo se estropea siendo el último en quererlo y, lo peor de todo, sin poder hacer nada para evitarlo.

Pero hay cosas que no son incompatibles, y en ese mismo rostro que mira con ternura al pasado también se refleja una enorme sonrisa dando la bienvenida al futuro, una expectación por saborear la novedad que supera con creces la tristeza del regusto amargo, un nuevo instante que no tiene que envidiar nada de los anteriores y, en definitiva, una ilusión infinita por continuar la historia y tan poderosa como la misma vida.

Porque esa vida, desde el primer minuto hasta el último, está para vivirla. Olvida el rescate. Deja esas cadenas. Vestidos hay millones. Y con amor, la belleza es eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | GreenGeeks Review