(aires de realeza que impidieron que este post llegara a sus pantallas un 20 de septiembre de 2011)
Son muchos los cuentos y las historias de fantasía que juegan con el efecto del reflejo del agua. Porque pese a tener una explicación científica, no deja de ser un efecto mágico.
Antes de subir la cuesta que lleva a las que, posiblemente, sean las mejores vista de Viena, un extenso estanque presidido por multitud de viejas esculturas, más próximas a Dioses que a seres terrenales, juega con la imaginación de aquellos que pasan por sus cercanías, mostrando en sus cristalinas aguas otro cielo, otros jardines igual de bellos que los que les rodean, y otro palacio capaz de enamorar a la mas ambiciosa princesa. Decide tú con cual de ellos te quedas, el que mantienes a tu espalda, o el que parece cobrar vida en el estanque, quitándote y devolviéndote la visión. Yo lo tengo claro.
Antes de subir la cuesta que lleva a las que, posiblemente, sean las mejores vista de Viena, un extenso estanque presidido por multitud de viejas esculturas, más próximas a Dioses que a seres terrenales, juega con la imaginación de aquellos que pasan por sus cercanías, mostrando en sus cristalinas aguas otro cielo, otros jardines igual de bellos que los que les rodean, y otro palacio capaz de enamorar a la mas ambiciosa princesa. Decide tú con cual de ellos te quedas, el que mantienes a tu espalda, o el que parece cobrar vida en el estanque, quitándote y devolviéndote la visión. Yo lo tengo claro.
Arriba, en lo alto de la colina, después de atravesar una alfombra verde que recubre todos los alrededores, una nueva fuente a los pies de una impresionante puerta formada por once arcos recibe a los visitantes. Y por supuesto, otro cielo y otra puerta que te esperan en el agua.
Pero pese a existir otra realidad paralela en diversos puntos de la visita, no se dejen engañar, busquen el origen, una realidad que no pierde un ápice de belleza, con un edificio sólo al alcance de unos cuantos elegidos y unos jardines y arboleda donde el tiempo parece no avanzar. Es un buen momento para perderse entre ese laberinto de vegetación y dejar escapar el día.
Traducido su nombre como “bella fuente”, el Palacio de Schönbrunn (también conocido como el Versalles vienés) es uno de los principales edificios históricos y culturales de Austria. Atracción turística de Viena, su fama le ha hecho aparecer en muchos documentales y diversas películas.
Su historia empezó a forjarse en el siglo XVI, cuando uno de los emperadores de la época hizo construir un pequeño palacio de caza. A partir de ahí, con el paso de los años el palacio mejoró sus condiciones notablemente, ampliándose, llegando a ser residencia veraniega de los Habsburgo prácticamente hasta el final de la monarquía a comienzos del siglo pasado. La mayor parte de la decoración interior del palacio tiene su origen en esta época y es una de las pocas muestras existentes del llamado rococó austríaco.
Su historia empezó a forjarse en el siglo XVI, cuando uno de los emperadores de la época hizo construir un pequeño palacio de caza. A partir de ahí, con el paso de los años el palacio mejoró sus condiciones notablemente, ampliándose, llegando a ser residencia veraniega de los Habsburgo prácticamente hasta el final de la monarquía a comienzos del siglo pasado. La mayor parte de la decoración interior del palacio tiene su origen en esta época y es una de las pocas muestras existentes del llamado rococó austríaco.
Eternos bailes de salón, risas entre interminables jardines, noches bajo el embrujo de una luna que parece sólo brillar para ti… una vida tan placentera que termina por confundir cual de las dos imágenes es más real, la que dejo a mi espalda, o la que veo reflejada en el agua.
(últimos días en compañía de mis padres y mi hermano, que han hecho que mis primeros pasos por estas tierras hayan sido mucho más fáciles; hora de coger la maleta y tirar para el este, pero esta vez sólo; les dejo mientras con todas las fotos de este día pinchando AQUÍ)


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