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03 junio 2011

Día 244. Cielo inglés

(el destino hizo que fuera Londres la última ciudad inglesa en visitar, un primaveral 14 de mayo de 2011)



El periplo por Inglaterra llegaba a su fin, y había que aprovechar las últimas horas antes de subirse al avión. Donde sino, tenía que terminar en Londres, en la torre de Babel europea.






Pese a quedar aún algunos bellos rincones británicos por descubrir como York o Cambridge, la tentación por sumergirme en las entrañas de la capital fue demasiada. Y con una ilusión tan grande que parecía primerizo. Muy lejos quedaba ya aquel verano del 2009, cuando entre Islandia y España se cruzo durante un fin de semana Londres en plena psicosis de gripe porcina. Desde entonces, cinco veces más colocaría mis pies en esas calles, todas por distintas razones, pero todas ellas visitas muy fugaces, incapaces de sacarle todo el jugo al lugar. Esta vez no había obligaciones de por medio ni prisas. Podía levantar la cabeza y disfrutar.

Porque en ciudades como Londres levantar la cabeza adquiere mayor importancia. Te perderías cientos de construcciones realmente impresionantes de todas las épocas, iconos del pasado y presente que se dedican a jugar con los límites del cielo.






Los rascacielos en Londres, a día de hoy, no son muy abundantes en comparación con otras grandes ciudades del nivel de esta gran urbe, aunque en los últimos años se ha producido un boom en la construcción de estos gigantes. El distrito financiero de la ciudad se ha visto invadido por modernas edificaciones, como la Tower 42 (hasta 1990 el más alto edificio británico, en el pasado y hoy en día conocido coloquialmente como el Nat West Tower) o el reciente 30 St Axe, completado en 2003.

En los últimos años la excesiva congestión de la ciudad ha hecho emerger Canary Wharf como distrito financiero alternativo, un gran complejo de negocios situado en el barrio londinense de Tower Hamlets, lugar donde se encuentran los tres edificios más altos: One Canada Square y las torres de HSBC. Rodeado de tantos colosos de cristaleras, no puedes dejar de pensar en qué algo importante está sucediendo a tu alrededor.



Si todo esto no fuera poco, muy pronto otro rascacielos hará compañía a los anteriores, el conocido como Shard, que se espera sea el edificio más alto de todo Reino Unido, alcanzando los 310 metros de altura. La ambición de hombre por superarse no tiene límites.





Existen dos Inglaterras: Londres, y el resto. Es así. La globalización ha contagiado con fuerza la mayoría de capitales mundiales, y esta no iba a ser la excepción. Gente de todos lados, dinero de todos lados, construcciones con el dinero de todos lados para la gente de todos lados.



(todas las fotos del distrito financiero de la capital británica y sus alrededores, a máxima resolución, pinchando AQUI)

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