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16 noviembre 2010

Día 64. El día de las amapolas

(los recuerdos junto con el color rojo de las flores colapsaron la visita que se produjo un 14 de Noviembre de 2010)


Sin quererlo, termine conociendo la ciudad de Stafford, a 26 kilómetros al norte de Wolverhampton. Me da un poco de vergüenza contar esto, pero es que me confundí de tren. Yo iba con la intención de conocer el lugar donde nació Shakespeare, pero la similitud de la pronunciación de las dos ciudades (donde termine, Stafford, donde quería haber ido, Stratford) me hizo una jugarreta. Terminé riéndome solo, como los locos.





El destino me había deparado esa mañana de domingo más de una sorpresa. Mi llegada a Stafford fue fría, y no sólo por la temperatura existente. Parecía haber llegado a una ciudad fantasma, donde calles, parques, avenidas... se encontraban vacías, donde no se observaba ningún movimiento en una ciudad con 122.000 habitantes. ¿Y la gente?

Allí apareció él, un joven vestido de militar. Con paso fuerte y firme, dando amplias zancadas, bajando la calle decidido, con el cuello erguido y sin pestañear. Detrás, una pequeña comitiva, también con vestuario militar, portando diferentes banderas cargadas de simbología bélica. Algo ocurría y me sentía el único del lugar que no se había enterado.


Todos ellos se dirigieron a la plaza principal, presidida por una estatua que aludía a los caídos en las dos guerras pasadas. Allí estaba todo el mundo, políticos, barrenderos, comerciantes, peluqueros… portando amapolas de papel, abarrotando la plaza, en silencio, esperando la llegada de los soldados. Un cura, ataviado con una enorme sotana blanca, parecía bendecir con su brazo a los recién llegados, al mismo tiempo que murmuraba al cielo algunas palabras que no lograba entender.



Era un domingo para recordar. Históricamente, el 11 de noviembre de 1918 fue el día en que finalizó la Primera Guerra Mundial (se dice que terminó a la hora 11, del día 11, del mes 11), y todos los años Gran Bretaña guarda dos minutos de silencio, interrumpiendo su actividad diaria. Además, el domingo más cercano al día onceavo, generalmente el segundo domingo de noviembre, hay ceremonias en todo el país, cerca de iglesias y monumentos representativos, donde miembros de las fuerzas armadas y familiares de soldados que murieron en los conflictos dejan coronas y amapolas de papel.





Más allá del aniversario, disfrute de un lugar tranquilo, cargado de preciosas casitas tradicionales inglesas (una de ellas la mayor casa de madera isabelina de todo el país, hoy convertida en museo), con dos iglesias bastante antiguas y los restos de un castillo a las afueras de la urbe.

El Castillo de Stafford fue construido por los normandos en una colina cercana en 1070. Se hizo por primera vez de la madera, y más tarde fue reconstruido en piedra. Ahora sólo quedan unas ruinas, pero el emplazamiento es impresionante, no sólo por las vistas que hay desde la colina, sino por el hermoso bosque que lo rodea.





Investigando, he encontrado que el nombre de Stafford significa “lugar de destino”. ¿Casualidad que terminara conociéndola?


(todas las fotos de la ceremonia y el “lugar de destino”, a máxima resolución, pinchando AQUÌ)

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