No fue una decisión fácil. A falta de dos días para terminar el curso de inglés en el college, sin afianzar el trabajo, y finalizando el alquiler de la habitación con la familia Jevons, todo parecía encaminado a cerrar una etapa.
Esa mañana, de nuevo, las nubes se encargaban de quitar color al paisaje, el gato comenzaba su ritual de ronroneos y arrumacos pegado a mi silla de escritorio, y abajo en la cocina me esperaban un surtido de cereales y zumos bajo una animosa melodía británica, más propia de mediados del siglo anterior que del actual. Todo estaba en orden, todo como siempre, salvo las ideas que circulaban por mi cabeza. La compra del billete de avión unos minutos después terminó por alejarme de aquello.
Lo siguiente fue navegar por Internet. No mucho tiempo, lo suficiente como para darme cuenta de lo inmenso que es el planeta, y la de millones de oportunidades que me brinda. Un rápido vistazo alimentó de nuevo esa insaciable vena aventurera que llevo dentro, e inconscientemente empecé a dibujar mentalmente una nueva ruta. Aún no me he ido y ya trazo nuevos caminos. La impaciencia me pierde.
Cuando dentro de unos años recuerde esta estancia en Inglaterra, las primeras imágenes que me vendrán a la memoria serán un puñado de sonrisas desinteresadas y sinceras, y una colección de abrazos reconfortantes y cargados de energía, todos ellos en su mayoría de gente desconocida, que sabes que seguramente no te la cruzarás más en tu camino.
Viajar y ser nostálgico es una combinación peligrosa. Peligrosa porque después de recorrerte gran parte de la isla durante cuatro meses, echas la vista atrás y aún deseas caminar sobre esos interminables embarcaderos, perderte por tantos y tan espectaculares bosques y jardines, o echar unas horas en cualquier pubs británico con una pinta en la mano. Peligrosa porque en un tiempo ridículo le has cogido un cariño enorme a un grupo de personas, capaces de dar cuando no tienen y entenderte cuando nadie lo hace.
Crecer es aprender a despedirte. No creceré nunca. Me gustaría volver…
ostia, no jodas, te piras a Australia?
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