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17 noviembre 2011

Día 414. El otoño, según Brno

(postales de Chequia que debían haber llegado a sus pantallas un 25 de Octubre de 2011)



Igual que en la película de American Beauty, pero en vez de llover pétalos de rosa, llueven cientos de amarillentas hojas secas sobre la apacible colina de Petrov. Impresionante. El broche de oro para una acuarela, la ciudad de Brno, que vive estas semanas bajo el embrujo del otoño.




Bajo la bandera de la Republica Checa, una muchacha no para de jugar con su perro en la hierba, lanzándole un palo de madera una y otra vez. El can parece tener un aguante ilimitado, y no se cansa de correr de un lado para otro. La sonrisa de la muchacha viendo jugar a su mascota es tan dulce que bien vale el esfuerzo del animal. Junto a ellos, un atípico tronco de árbol es adornado con telas de colorines, un arco iris que recubre la corteza y deja abierta la puerta de la imaginación. Me gusta el lugar.






Entre enamorados dándose arrumacos y algún que otro furtivo deportista, la vegetación deja paso a hermosas panorámicas de la ciudad desde algunos de sus miradores. Desde la altura, edificios de todo tipo y color se reparten por el horizonte, destacando sobre todos ellos la Catedral de San Pedro y San Pablo, un templo de estilo gótico del siglo XIII y reconstruido posteriormente en estilo barroco después de un aparatoso incendio. Sus dos torres gemelas apuntando al cielo le conceden la supremacía compartida de la ciudad.







Supremacía compartida con la fortaleza de Špilberk, fortaleza que corona la propia colina desde donde les relato. Con paredes de colores pálidos en el exterior, y blancas en los patios interiores, ha actuado de prisión durante muchísimos años. La Gestapo llego a usar la fortaleza durante la Segunda Guerra Mundial como centro de tortura. Lugar de siniestra memoria, expone hoy en día la historia de la villa y contiene el museo municipal.






Brno es la segunda ciudad en importancia del país. Situada en el sureste, en la región de Moravia, es conocida por muchos por el apodo de “Manchester checo”, ya que en ella aún se conservan factorías del inicio de la revolución industrial. La verdad que recordando mis paseos por Manchester, nada les encuentro actualmente en común.






No conozco Brno en invierno, ni tampoco en primavera o verano, pero puedo asegurar que en otoño es preciosa. Y desde Petrov, más.



(hora de bajar de la colina, no sin antes hacerme una foto con mi compañero de viaje, del cual aún no les he hablado, pero que sin él esos días por Centroeuropa no los hubiera disfrutado igual ¡¡¡Viva México, cabrones!!!; las fotos de ese día, a máxima calidad, pinchando AQUÍ)

1 comentario:

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